El miedo al emprendimiento: el enemigo silencioso
El miedo al emprendimiento: el enemigo silencioso
Si hay un miedo que me tomó años reconocer, fue el miedo al emprendimiento. No porque no quisiera emprender, sino porque estaba atrapada en una trampa invisible: la de la perfección, la postergación y la parálisis por análisis.
Siempre encontraba una excusa para no dar el siguiente paso:
❌ “Aún no estoy lista.”
❌ “Necesito aprender un poco más.”
❌ “Cuando tenga todo perfecto, lo haré.”
Me obsesioné con prepararme y aprender, pero sin ejecutar. Pensaba que si absorbía suficiente conocimiento, en algún momento llegaría la confianza que necesitaba. Pero la verdad es que el emprendimiento no se trata de esperar a sentirte lista, sino de empezar con lo que tienes y aprender en el camino.
También tenía un miedo oculto: el miedo a grabarme y exponerme al mundo. Me sentía incómoda frente a la cámara, insegura de mi voz, de mi imagen, de lo que dirían los demás. Postergaba la acción con excusas inexistentes, convencida de que debía perfeccionar cada detalle antes de atreverme a mostrarme.
Pero detrás de todo esto, lo que realmente me aterraba era el miedo a lo desconocido. Emprender significa lanzarte a un mundo donde no tienes garantías, donde hay incertidumbre, donde no siempre tienes el control. Y como seres humanos, lo desconocido nos asusta.
Sin embargo, aprendí que el miedo al emprendimiento no desaparece, pero sí puede transformarse en tu aliado. En lugar de verlo como un obstáculo, lo convertí en un motor para seguir avanzando. Me atreví a grabarme, a compartir mi conocimiento, a tomar acción sin esperar la perfección.
Hoy entiendo que el mejor momento para empezar siempre es ahora. Porque la perfección no existe, pero el progreso sí. Y cada paso que das, por pequeño que sea, te acerca más a tus sueños.